El amor es la energía más básica y dominante que existe. Es la esencia de nuestro ser y de nuestro universo.
El amor es el componente fundamental de la naturaleza que conecta y une todas las cosas, a todas las personas.
Es más que un objetivo, más que un combustible, más que un ideal. El amor es nuestra naturaleza, nuestra esencia.
El amor todo lo cura. En un futuro cercano algunos atributos de su energía se estudiarán científicamente, se cuantificarán, se medirán y se comprenderán. Otros seguirán siendo misteriosos, ilimitados e incalculables.
Por fortuna, cuando la energía del amor se siente con profundidad, sus efectos curativos se experimentan siempre, con independencia de si se mide o se comprende.
Los físicos saben que todo es energía. Las bombas nucleares se construyen según técnicas de transformación y liberación de energía. La medicina naturista y la tradicional funcionan debido a transformaciones de energía provocadas a nivel celular. Los resultados varían mucho, pero los mecanismos subyacentes son los mismos: transformaciones de energía.
La energía del amor es, en potencia, más fuerte que cualquier bomba y más sutil que cualquier hierba. Lo que sucede es que aún no hemos aprendido a aprovechar esa energía tan básica y pura. Cuando lo consigamos, podrá darse una curación en todos los niveles, individual y planetaria.
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