Una monumental estatua del Che Guevara llegó el domingo a Rosario, para ser emplazada en un paseo público que llevará su nombre y que será inaugurado el 14 de junio, en el 80º aniversario de su nacimiento en esta ciudad.
La escultura llegó al mediodía por vía fluvial en la proa de una barcaza arenera y semicubierta con una bandera argentina, con una escolta de embarcaciones más pequeñas muchas de ellas ocupadas por hinchas del popular club de fútbol Rosario Central, del que Guevara era simpatizante.
En la recepción se entremezclaron militantes de partidos de izquierda con simples vecinos.
También estaba el autor de la estatua, Andrés Zerneri, quien dijo que quiso representar "un Che sin armas porque me interesa su mirada humanista, su visión del hombre nuevo", dijo.
No faltaron tampoco quienes al paso del monumento cuestionaron al argentino que fue comandante de la Revolución Cubana.
La escultura, de cuatro metros de altura y tres toneladas de peso, fue hecha de bronce por Zerneri, quien para reunir el material recogió donaciones de 75.000 llaves y otras piezas pequeñas de unas 15 mil personas de varios países.
Dos de las donaciones más curiosas fueron una carcaza de una bomba fabricada por anarquistas en los años 30 y un fragmento del primer microscopio usado en Argentina.
Se trata de la primera representación del Che de cuerpo entero que se instala en un espacio público en Argentina, y su lugar de emplazamiento fue decidido mediante una votación de los donantes del material.
La obra muestra lo muestra con su uniforme de combate, camisa arremangada y boina con la estrella de cinco puntas, y reproduce la expresión desafiante que retrató el fotógrafo cubano Alberto Korda y se convirtió luego en la imagen más famosa del Che.
Ernesto Guevara de la Serna, capturado y ejecutado en Bolivia en 1967 cuando pretendía iniciar un proceso revolucionario al mando de un pequeño grupo guerrillero, había nacido en 1928 en Rosario casi por casualidad.
Su familia venía en barco por el río Paraná desde la selvática provincia de Misiones, en el extremo nordeste del país, hacia Buenos Aires, y Ernesto nació durante una parada en esta ciudad, hoy de más de un millón de habitantes y principal puerto
exportador de soja del país.
El futuro comandante guerrillero cubano sólo pasó en Rosario sus primeras semanas de vida y volvió a ella sólo una vez, ya como figura reconocida.
Paradójicamente, y a pesar de ser un lugar al que diariamente llegan decenas de turistas de todo el mundo, la casa donde el Che pasó sus primeros días apenas está señalada con un cartel en la vereda. No hay museo ni placa en el edificio.
Rosario, la única gran ciudad argentina gobernada por el socialismo, preparó una serie de tributos para recordar la figura de Guevara a lo largo de todo junio.
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