lunes, 12 de noviembre de 2007

Rep. a Marcelo Loffreda by Diego Landi p´ Rev. Fortuna



“No estoy de acuerdo con ganar a cualquier costo”

El ex entrenador de Los Pumas y ex gerente de Alpargatas cuenta cómo su experiencia deportiva retroalimentó su paso por la vida corporativa. Su relación con las autoridades de la UAR y las aptitudes que debe tener un buen líder.

Marcelo "Tano" Loffreda no para de recibir saludos y reconocimientos a cada paso. Su popularidad creció de la mano de los buenos resultados que tuvieron sus dirigidos, Los Pumas, en el último Mundial de Francia. El tercer puesto obtenido por el seleccionado nacional de rugby es un hito histórico para ese deporte, pero también marca el broche de oro de su gestión de más de 7 años al frente del equipo. Antes de partir por dos años y medio a Inglaterra, donde dirigirá al Leicester Tigers, uno de los equipos de rugby más poderosos de Europa, este ingeniero civil, de 48 años, ex director de ventas de Alpargatas, disfruta del logro. Y hace un balance de su desempeño como entrenador y de los valores inculcados y aprendidos a lo largo de sus experiencias, tanto en el campo deportivo como en el corporativo.

Fortuna: ¿Le sorprendió la repercusión que tuvo en el país el logro de Los Pumas?

Loffreda: Sí, me sorprendió. Nosotros desde Francia teníamos una referencia. Pero lo dimensionamos cuando llegamos. Es impresionante. Lo mejor de todo es que no sólo despertó una cuestión deportiva sino que también afloraron otras sensaciones y valores, como el compromiso y la solidaridad.

Fortuna: ¿Cómo se fueron formando en usted esos valores que tanto destacaron la sociedad y los medios?

Loffreda: La formación universitaria me ayudó mucho. También lo que me habían inculcado en mi casa: el trabajo, la responsabilidad y la dedicación. A eso se sumó la mentalidad de ingeniero, que es estructurada y perseverante. Uno se pone un objetivo en la cabeza y con cierto ordenamiento va para adelante. Yo jugaba en Los Pumas, hacía giras y luego me tenía que poner a preparar materias. La tenacidad en el estudio y en los entrenamientos sumada a la formación que recibí en mi casa me dio la base de mis valores. Y esos valores luego los fui aplicando en todas las actividades que desarrollé. Por ejemplo, en la laboral.

Fortuna: ¿Cómo aplicó lo aprendido en la vida laboral en la conformación y dirección de Los Pumas y en qué ayudó a su experiencia empresaria haber practicado el rugby desde pequeño?

Loffreda: Cuando terminé la carrera, a los 23 años, empecé a trabajar en una consultora de ingeniería. Después tuve una empresa constructora. Todo lo que aprendí en los trabajos me dio un buen manejo de las personas y los grupos. Yo trabajaba mucho con la gente de la construcción: tenía que dar mensajes claros y administrar equipos. Eso me dio una gran ayuda. En simultáneo jugaba en Los Pumas y era capitán del San Isidro Club (SIC). Fue una mezcla de formación, experiencia e intuición.

Fortuna: ¿Cómo llegó a trabajar a Alpargatas, por entonces el emblema de la empresa textil argentina?

Loffreda: Al terminar mi carrera de jugador, a los 40 años, empecé a trabajar en Alpargatas como Director de Ventas para la Argentina. Paradójicamente, me llamaron de una empresa que no estaba relacionada con mi especialización en ingeniería civil y me dijeron: "Creemos que tenés las condiciones y aptitudes necesarias para poder rearmar nuestra fuerza de ventas". Yo les dije que no tenía nada que ver con la parte comercial y que no conocía el rubro. Pero de a poco fui formando un grupo que, sin duda, se fue interconectando con mi historia y vivencias en el rugby. Y, a la vez, mi faceta ligada al rugby se fue enriqueciendo con lo que aprendí en esta nueva función.

Fortuna: Usted le da mucho valor a la experiencia y a la trayectoria. ¿Durante su paso por el mundo corporativo vio que esto aplica en la elección de líderes de equipos?

Loffreda: Depende de las empresas. En mi caso se ha respetado la experiencia. Tal vez en la Argentina no se respeta. Hay veces que aparece una persona muy joven con una experiencia académica muy fuerte, con MBA y demás títulos. Pero, tal vez, no tiene el roce suficiente, la calle o la antigüedad para definir el porvenir de un grupo o empresa.

Fortuna: ¿Qué es el liderazgo de servicio, concepto al que hace referencia constantemente? ¿Lo implementó durante su gestión?

Loffreda: Sí, absolutamente. Significa poder trabajar para que los jugadores estén cómodos, confortables, así pueden rendir al máximo. Y para ello se requiere que todo el cuerpo técnico los asista todo el tiempo y en forma incondicional.

Fortuna: ¿Qué se logra con este tipo de liderazgo?

Loffreda: Cuando uno promueve esta actitud, el grupo la incorpora automáticamente. Los jugadores empiezan a ver que tiene que haber solidaridad y actitud servicial entre ellos. Esto tiene mucho que ver con el convencimiento que se genera en los jugadores. Cuando un líder dice algo y sus conducidos le creen, y además le tienen confianza, ellos hacen -–gracias a su influencia– las cosas por convencimiento. Por el contrario, si uno ejerce un liderazgo de poder o de imposición, los jugadores lo acatarán, pero sin estar convencidos. Esa es la gran diferencia entre un líder que trabaja desde la autoridad o desde el poder. Nosotros optamos por la primera opción.

Fortuna: Desde ese lugar de autoridad, ¿cuál es la mejor forma de establecer una comunicación adecuada con los dirigidos?

Loffreda: En el liderazgo tiene que haber normas muy estrictas que se cumplan a rajatabla. Una de ellas es que las cosas se hablen en el lugar y momento adecuado. Creí conveniente seleccionar un grupo de jugadores, que eran los más experimentados y representativos, con los cuales hablábamos sobre, por ejemplo, la estrategia ante un determinado rival. Luego nos poníamos de acuerdo. Ellos aceptaban lo planteado y eso generaba compromiso, algo muy importante en el manejo de un grupo. Para lograr esto hay que saber escuchar las propuestas de cada uno.

Continúa...

Nota completa: http://www.revista-fortuna.com.ar/ed_0232/rep01.html

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